Las investigaciones sobre los viajes de agua de Guadalajara están en desarrollo en este momento gracias a un proyecto de investigación financiado por la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER). Juan Diges de Antón recogió, en su guía sobre Guadalajara de 1890, algunas de las pocas referencias que existen a estos viajes de agua y a las fuentes del mismo. Estas referencias históricas mencionan, que en Guadalajara existían fuentes repartidas por la ciudad como la del Zurraque, el Alamín, de la Niña y otras. Al parecer estas fuentes estaban alimentadas de unos llamados “viajes de agua”, con nombres como el de Santa Catalina, El Sotillo, Fuentes de Torija o Santa Ana. Las investigaciones que hemos realizado

hasta el momento han confirmado la existencia de dichos viajes de agua. Además, en base a dicha documentación, se ha podido establecer hipótesis sobre sus trazados. Por otro lado, en 2007 se fechó un horno en el centro de Guadalajara, situado en la calle Ingeniero Mariño, utilizando datación arqueomagnética y datación del carbono 14. El horno estaba situado sobre la boca de un pozo de un viaje de agua. Las muestras de ladrillo analizadas se dataron en una edad de AD 603-999. Los restos de carbón de la cámara de combustión se dataron AD 770-890, lo que nos lleva a considerar la existencia de viajes de agua andalusíes en la capital alcarreña. Esto supone que en Guadalajara se sitúa el viaje de agua más antiguo que hemos datado hasta el momento.