Viaje de agua es el nombre que, en España, principalmente en el centro peninsular, se le dio la técnica de captación de agua, de origen árabe, denominada “qanat” (canal), que adquiere también otros nombres, en otros lugares del mundo como: aflaj, kettara, foggara, etc. Este sistema, utilizado ancestralmente para obtener agua, en países áridos o semiáridos, se basa fundamentalmente en galerías subterráneas excavadas a partir de pozos intermedios, que interceptan un acuífero (formación geológica susceptible de almacenar y transmitir agua), generalmente formado por materiales detríticos, y que a veces se sitúan sobre otros materiales menos permeables. Tras elegir una zona, por sus indicios para la existencia de agua subterránea, se excava un pozo de prueba, que es aforado. Si los resultados son satisfactorios, se estudia el trazado entre la zona de captación y el punto de servicio, marcando la situación de los pozos intermedios y la profundidad que deberá tener cada uno, para lograr una perfecta nivelación. Dependiendo de la orografía del terreno y la profundidad del acuífero, los pozos suelen estar separados

entre 15 y 50 metros. En función del tipo de terreno, tanto pozos como galerías pueden estar revestidos de ladrillo o mampostería. Las dimensiones de pozos y galerías son las estrictas, para que, también en función del tipo de terreno, puedan ser escavados en mina por una persona. Las dimensiones más habituales oscilan: entre 60 y 80 cm. de diámetro para los pozos y 0,6 m. de anchura y un mínimo de un metro de altura para las galerías, aunque esta suele oscilar con mayor frecuencia cercana a 1,6 m. El origen de esta técnica árabe se remonta a hace más de 2.500 años y se utilizó en esa zona, fundamentalmente para obtener agua para el riego agrícola. A pesar de esto existen en el mundo, importantes ejemplos de abastecimiento a ciudades, como Teherán o Marrakech y en España, donde tiene una amplia difusión, a ciudades como Madrid, Córdoba, Guadalajara o Alcalá de Henares. La importancia del papel que ha desarrollado este sistema históricamente en el desarrollo humano, fue reconocida en 2006 y 2016 por la UNESCO, declarando respectivamente, los aflaj de Omán y los qanat de Irán, Patrimonio de la Humanidad.